El pasado domingo 7 de diciembre, el diario El Nacional publicó un trabajo especial en el cuerpo Ciudadanos realizado por la periodista Laura Helena Castillo, titulado “La generación Ch”. En el trabajo se evidencia la evolución generacional y política de Lina Vanorio, Glenmay Zabala, Alejandro Vergara, entre otros jóvenes más, quienes expresaron entre ratificaciones y condenas sus puntos de vistas con respecto a la confrontación e inseguridad que se ha gestado desde 1998 hasta la fecha.
Durante estos últimos 10 años los venezolanos hemos madurado políticamente. El gobierno del presidente Hugo Chávez nos ha obligado a generar una consciencia política, la cual estuvo dormida por mucho tiempo.
En el contenido del trabajo se aprecia la evolución generacional de los niños que en 1992 estaban en preescolar. Seis años más tarde eran estudiantes de primaria. Posteriormente, en el 2002 cursaban estudios de bachillerato y hoy por hoy son estudiantes universitarios. De producirse la enmienda de la Constitución en el 2009, estos jóvenes serán para el 2018 profesionales con parejas y familias, pero sobre todo serán gobernados por Hugo Chávez Frías.
Los hijos del por ahora o la generación Ch han crecido rodeados y nutridos por consignas, por marchas y contra marchas, pero sobre todo con una cultura política. Ellos son parte de esa juventud que ha desarrollado sentido de pertenencia por Venezuela y por los valores democráticos, que se han traducido en la más grande victoria de los ciudadanos.
Estos jóvenes saben que los problemas no se acabarán con Chávez y reconocen que muchos de esos problemas fueron herencia de la cuarta República. Sin embargo, comparten el deseo de que su interés por la política dé frutos para construir una Venezuela sin exclusión, sin violencia, sin proselitismo político y sin populismo, en donde exista libertad de expresión y libertad de información sin colores políticos.
Durante estos últimos 10 años los venezolanos hemos madurado políticamente. El gobierno del presidente Hugo Chávez nos ha obligado a generar una consciencia política, la cual estuvo dormida por mucho tiempo.
En el contenido del trabajo se aprecia la evolución generacional de los niños que en 1992 estaban en preescolar. Seis años más tarde eran estudiantes de primaria. Posteriormente, en el 2002 cursaban estudios de bachillerato y hoy por hoy son estudiantes universitarios. De producirse la enmienda de la Constitución en el 2009, estos jóvenes serán para el 2018 profesionales con parejas y familias, pero sobre todo serán gobernados por Hugo Chávez Frías.
Los hijos del por ahora o la generación Ch han crecido rodeados y nutridos por consignas, por marchas y contra marchas, pero sobre todo con una cultura política. Ellos son parte de esa juventud que ha desarrollado sentido de pertenencia por Venezuela y por los valores democráticos, que se han traducido en la más grande victoria de los ciudadanos.
Estos jóvenes saben que los problemas no se acabarán con Chávez y reconocen que muchos de esos problemas fueron herencia de la cuarta República. Sin embargo, comparten el deseo de que su interés por la política dé frutos para construir una Venezuela sin exclusión, sin violencia, sin proselitismo político y sin populismo, en donde exista libertad de expresión y libertad de información sin colores políticos.
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